Hasta hace poco tiempo, el uso de gafas de lectura ha sido el método más común para la corrección de la presbicia, defecto visual que aparece prácticamente en todas las personas mayores de 50 años. La presbicia afecta a la vista en plena edad productiva de las personas y se detecta fácilmente en actividades como la lectura, el trabajo con el ordenador o el uso del teléfono móvil. Es una situación molesta que impide desarrollar las tareas cotidianas con normalidad.
Aunque las gafas graduadas han evolucionado notablemente con la adaptación de lentes progresivas, siguen suponiendo una solución incómoda y poco práctica. Generalmente, las gafas limitan la visión en alguna de las distancias – cerca, intermedia o lejos. Además sólo se ve de lejos por la parte superior de la gafa y de cerca mediante la parte inferior, lo que impide que no se puedan ver bien los objetos a todas las distancias sin tener que forzar la vista o mover las gafas hacia arriba y abajo.
Liberarse de las gafas
En los últimos años se ha desarrollado una nueva generación de lentes intraoculares para la corrección de la presbicia y las cataratas, que es el proceso más avanzado de presbicia, que corrigen la visión en múltiples rangos, es decir a todas las distancias. Estas lentes, denominadas lentes multifocales intraoculares, se implantan en el ojo mediante una sencilla cirugía ambulatoria y proporcionan al paciente una buena visión a cualquier distancia sin necesidad de usar gafas después de la operación.
Un estudio realizado por los laboratorios Alcon, ha evaluado el grado de beneficio que obtienen las personas que han sido operadas mediante esta técnica al liberarse de las gafas. Los pacientes implantados con la lente valoran, por encima de todo, la sensación de libertad al no tener que depender de las gafas para ver bien. Destacan el hecho de poder realizar actividades tan cotidianas como leer el periódico sin ellas y de haberse desprendido del miedo a no saber dónde las han dejado cuando más las necesitan, o de la engorrosa tarea de tener que limpiarlas frecuentemente.
“La presbicia repercutía de forma negativa en mis tareas diarias, sobretodo en la lectura, había perdido mucha agudeza visual. Ahora, con las lentes multifocales intraoculares veo francamente bien sin las gafas, puedo leer con precisión incluso la letra más pequeña de los prospectos de los medicamentos” declara Dª Antonia Miranda, paciente operada de presbicia con lentes multifocales intraoculares en la Clínica Rementería de Madrid.
“El principal beneficio personal que he obtenido ha sido la comodidad, poder levantarme por la mañana y no tener que preocuparme de buscar las gafas en la mesilla”, añade Miranda.
En definitiva, prescindir de las gafas ha contribuido a su satisfacción y a la mejora de su calidad de vida. La encuesta, que evalúa otros aspectos más estéticos, también manifiesta que la mayoría de los pacientes declaran haber visto mejorada su apariencia física después de la cirugía ya que prefieren verse delante del espejo sin gafas. Además, declararon que familiares y amigos también notaron cambios positivos en su físico, como si “hubiesen rejuvenecido”.
No obstante, los pacientes encuestados pusieron énfasis en el hecho de no tener que depender de las gafas para desarrollar sus tareas diarias, más que en el valor estético de no llevarlas. En España se calcula que cada año 20.000 pacientes corrigen su presbicia con lentes multifocales intraoculares y se estima que, debido al envejecimiento progresivo de la población y el aumento de la esperanza de vida, las cifras se incrementen notablemente en los próximos años.
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